Cambiar la titularidad de una vivienda parece un trámite sencillo, pero en la práctica puede generar problemas legales, fiscales y administrativos si no se realiza correctamente.
En este artículo, te explicamos cuáles son los errores más comunes en este proceso y cómo evitarlos para que el cambio de propietario se haga sin complicaciones.
No conocer los tipos de cambios de titularidad
Existen varias formas de cambiar la titularidad de una vivienda, y no todas implican una modificar escritura vivienda. Entre los casos más comunes se encuentran:
- Compraventa: Se transfiere la propiedad a cambio de dinero.
- Donación: Se cede la vivienda sin contraprestación económica.
- Herencia: El inmueble se transfiere a los herederos tras un fallecimiento.
- Divorcio o separación: Un cónyuge cede su parte al otro, lo que puede implicar una escritura a nombre de un solo cónyuge.
No conocer estas diferencias puede hacer que el proceso sea más costoso de lo necesario o, en el peor de los casos, generar problemas legales.
Ignorar los impuestos asociados
Uno de los errores más frecuentes es no calcular los impuestos que conlleva el cambio de titularidad. Dependiendo del tipo de operación, se pueden aplicar diferentes tributos como:
- Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP): Aplica en la compraventa de viviendas de segunda mano.
- Impuesto de Sucesiones y Donaciones: Obligatorio en herencias y donaciones.
- Plusvalía municipal: Un impuesto local que grava el incremento de valor del suelo.
No calcular correctamente estos costes puede generar pagos inesperados o sanciones por parte de Hacienda.
No actualizar la escritura pública
Muchas personas creen que con un contrato privado es suficiente, pero sin una escritura pública ante notario, el cambio de titularidad no tiene validez legal.
Además, es necesario inscribir la nueva escritura en el Registro de la Propiedad para garantizar la seguridad jurídica del nuevo propietario.
Olvidar los cambios en suministros y comunidad de vecinos
Otro error frecuente es no actualizar los contratos de suministros (agua, luz, gas) y la titularidad en la comunidad de vecinos. Esto puede generar problemas de impagos o confusión en la gestión del inmueble.
Para evitarlo, es recomendable realizar estos trámites en cuanto se formalice el cambio de titularidad.
No considerar el mercado inmobiliario
Si el cambio de titularidad forma parte de una operación de vender casa, es fundamental evaluar la situación del mercado. En zonas con alta demanda, como los mejores barrios madrid, una buena estrategia de venta puede marcar la diferencia en el precio final.
Conclusión: evitar errores para un trámite sin complicaciones
Cambiar la titularidad de una vivienda puede parecer un proceso burocrático, pero cometer errores puede generar costes innecesarios, problemas legales o retrasos en la operación.
Para evitarlo, es clave conocer los diferentes tipos de cambios de titularidad, calcular los impuestos, actualizar la escritura y realizar los trámites administrativos correspondientes.
Siguiendo estos pasos, el proceso será más ágil y seguro, evitando complicaciones en el futuro.